viernes, 17 de abril de 2009

El 23

Ayer acudí a la presentación del espectáculo que ofrece hoy el televisivo mentalista Anthony Blake en Santander, más por curiosidad propia en el personaje que por el interés informativo de la rueda, cuyo contenido ya conocía.

Tras las palabras de rigor y por la falta de preguntas, una chica sacó a relucir su postura escéptica ante el tema del mentalismo. Blake, encantado, le dijo que se acercara a él. La pidió que pensara un número de dos cifras mientras él escribía algo en una hojita y luego la miraba fijamente a los ojos durante un par de minutos. Yo, desde mi asiento, busqué un número también. Inicialmente el 38, que deseché por el 23.

Cuál no sería mi sorpresa cuando la chica dijo que había pensado en el 23 y Blake mostró su hoja con esa misma combinación. También acertó cuando presumió que ella antes había elegido otro número, y que al cambiar de dirección sus ojos había aparecido el 23, que él lo había notado. La periodista alucinaba, como todos los presentes y la rueda cobró entonces un carácter mucho más personal.

Anthony Blake asegura que todo lo que usa son trucos basados en la comunicación no verbal, que él hace creer que lee la mente, al igual que hace creer que le leen la mente. Que sus trucos son comparables a los de los magos de cartas, considerándose él mismo un mago de la mente.

En cualquier caso, para quienes no estamos iniciados en el tema, es un poco aterrador pensar que nuestra mente es tan fácilmente manipulable...

4 comentarios:

  1. Aqui hay varios irlandeses muy parecidos al Anthony blake, con la diferencia que al acabar cada programa y cada show, explica como lo ha hecho. claro que uno de ellos es hipnotizador tambine, y la sugestion, en estos espectaculos, tiene mucho en el juego.

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  2. En efecto, la sugestión y la psicología son indispensables para este tipo de "juegos", la verdad es que hay muchisímos trucos que se basan en ello - por internet hay unos cuantos - y es que a la larga, la globalización va hacia una cultura común de borreguitos. ¿Será que estamos en un mundo feliz ya?

    Besitos.

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  3. Aunque creo que crees en el tema... yo no creo que adivine los números, pero me molaría creerlo

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  4. Él no engaña a nadie, siempre que termina un espectáculo dice que nada es real, que todo está en la imaginación del espectador...
    Simplemente demuestra que su poder mental es mayor que el de casi cualquier otra persona.

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