sábado, 20 de octubre de 2012

Oda a Cimorelli

ODA A DANI 
(Kath Cimorelli, 2011)
¡Feliz undécimo cumpleaños, Dani!


Dani, 
Mi hermana pequeña, 
Te quiero más que al verano
Cuando quema el sol
Y el mar está frío
Y conducimos en mi coche
Mientras nuestras canciones favoritas suenan bien alto

Te quiero más cada día
Porque con tus ojos
Verdes como el melón
Y tus pecas espolvoreadas
Por tu cara como estrellas
Y tu voz salada
Crujiente como el otoño
Veo la belleza
De la fuerza e inocencia
Juntas y envueltas
Como regalos de Navidad

Eres el equilibrio perfecto
Entre dar y recibir, entre blanco y negro
Tomas cada día y le sonríes
Y de pronto sale el sol
Porque incluso cuando llueve,
Tus ojos brillan

Y me cuesta creer
Que seas mía
Soy más que afortunada
Por llamarte hermana
Cada vez que oigo
Tu risa chispeante
Alborota mis pensamientos
Como vidrio rompiéndose
Tocas mi corazón
Como el alfarero a la arcilla
Y me haces creer
En que cada día
La magia se esconde
Esperando que alguien la encuentre
En una palabra o en un baile
O en un corazón que se cura

Gracias por ser
Un petardo, una tempestad
Una fuerza con la que hay que medirse,
Mi hermana,
Mi hermana pequeña.


Con cariño, Katherine :)
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Por si alguien se pregunta quién es esta poetisa por la que profeso súbita admiración y que dedica tan bonitas palabras a su hermanita, confesaré que se trata de una de las componentes del grupo musical Cimorelli, seis hermanas, Christina, Katherine, Lisa, Amy, Lauren y Dani, entre los veintidós y doce años, educadas musicalmente por su madre desde su más tierna infancia, que además de cantar maravillosamente bien, tocan instrumentos, componen sus propios temas y armonizan las múltiples versiones que graban. Algunas, como la autora de la oda, también hacen sus pinitos en la poesía y la pintura.

Yo descubrí por casualidad sus vídeos en YouTube, donde se dieron a conocer hace ya unos años y hoy me declaro fan, como esa horda de adolescentes de todo el mundo que las adora. Sus audiovisuales, en un delicioso punto medio entre lo amateur y lo profesional, repletos de armonías, simpatía, el buen humor que derrochan, el entusiasmo que transmiten siempre que se ponen delante de una cámara, los hace realmente agradables para la vista y, sobre todo, para el oído.

Para muestra, dos botones. Y que sigan deleitándonos con su música mucho tiempo.




jueves, 18 de octubre de 2012

Sorteo especial en ‘La Picota’

Este lote tan goloso será sorteado a finales de mes en el blog La Picota, especializado en manualidades, labores y patchwork:



* Telas variadas
* Panel para realizar un tren en tres dimensiones
* Guantes de acolchar
* Hilos de quilting
* Agujas de quilting
* Dedal para acolchado

Y no quiero dejar pasar la oportunidad de intentar ganarlo ya que a mi madre le haría una ilusión enorme como regalo y por la de cosas que podríamos hacer con semejante material...

Si tú también estás interesad@ en el sorteo, sólo tienes que comentar en esta entrada, hacerte fan de su página de Facebook, y publicar en tu propio blog esta misma información que comparto yo.

Y después dejar que la suerte decida :)

miércoles, 12 de septiembre de 2012

El Camello que no es un camello


Una de las cosas que más me gustan de los paisajes de Santander es que en ellos se puedan encontrar figuras “escondidas”. Es por eso por lo que colecciono fotos propias con este mismo encuadre.

La playa de "El camello", famosa irónicamente por una roca con forma de dromedario, siempre me pareció misteriosa y fascinante. Quizá en parte porque ninguno de mis baños infantiles fue en ella. Ese animal pétreo allí día y noche, a veces rodeado de bañistas y playeros y otras solo, solísimo, viendo pasar los días de invierno.

Me pregunto qué sentirá cuando sube la marea y lo sumerge en el agua.
Foto: así he fotografíado la playa durante los últimos años

sábado, 4 de agosto de 2012

De pavos reales

Entre los primeros recuerdos que tengo de los pavos reales está el estampado de uno en los pai pais que mi padre tenía decorando la pared de su habitación. El animal es prodigioso por sí solo, pero el entusiasmo enorme que pone mi padre a todo lo que nos descubre contribuyó a que enseguida comenzara a considerarlo excepcional.

También me acuerdo de alguna pluma de verdad que sus hermanas lucían en un jarrón de su casa en Valladolid, posiblemente recogida en el Parque Grande, donde los pavos campaban a sus anchas. Igual que en la Finca Altamira de Santander, donde me gusta recordar que jugábamos rodead@s de ocas, pavos y otras aves.

Mi padre no exageraba cuando nos explicaba lo hermosísimas que son las plumas de este animal, con esos verdes, azules y dorados tornasolados y el penacho -que no cola- que forman. Su utilización como motivo de bisutería, arte y objetos de decoración varios siempre ha tenido su espacio entre mis preferencias estéticas.

El otro día, viendo el irregular clásico de terror de los 80, House, fui de nuevo y con más fuerza consciente de lo mucho que disfruto contemplando sus diversas representaciones. En la película, cuando el protagonista subía y bajaba las escaleras de la casa, incluso cuando el zombi compartía plano con esa preciosa vidriera de un pavo real, yo sólo me fijaba en ella. Hasta tal punto que una idea caprichosa se ha apoderado de mí y es que quiero una. Esa, para más inri. Si algún día consigo tener una casa a mi gusto, éste sería el detalle definitivo, el que la mejoraría y personalizaría del todo.

Lo más gracioso es que el día siguiente de hacer público mi capricho, me crucé con este escaparate, que me hizo pensar al instante en pavos reales (abstractos) por su color y disposición.
  
Y claro, terminé teniendo un sueño relacionado con el tema.
En el corral de la casa del pueblo, varias personas manipulan lo que a mí, desde la distancia, me parece una oruga gigante. Su visión me provoca muchísimo asco, que expreso en voz alta. Por eso alguien me replica que no es ningún gusano, sino un pavo real. Que si no sé que el cuello es así de largo antes de juntarse con la cola y las plumas. Y que hay que manejarlo con cuidado y recogerlo, porque si, no se mueve demasiado y no para de encogerse y estirarse. Así que tratan de controlar el cuello y sacarlo de allí. El cuello de un pavo real, con su cabeza, que repta, arrastrándose por el suelo, con un movimiento que le hace parecer un gusano gigante, sólo que de ese azul precioso y casi imposible del que tienen los pavos reales el cuello.

miércoles, 30 de mayo de 2012

Con el brazo no basta

Tras ver ayer durante un buen rato a una señora mayor paseando cogida del brazo de una chica, -contratada para acompañarla, a todas luces-, que en lugar de hablar con ella, no apartaba ojos y dedos de un móvil de última generación, me pregunto si habrá modalidades de contratación para l@s Acompañantes de Paseo de Personas Mayores. Quizá la modalidad Con Conversación es mucho más cara que la de Monigote Con Brazo Agarrable Y Vas Que Ardes.

viernes, 6 de abril de 2012

Desde la ventana

Él le había traído un rato de intimidad a su propia habitación. Y había que tener en cuenta que eso no solía darse mucho en su entorno. Fue delicioso: la oscuridad, la puerta cerrada, la sensación de saltarse sus propias normas, el humo del tabaco, el sonido de la lluvia, la sincronicidad de la acción en ambos puntos, las risas de él ante el momento excéntrico con el que le estaba sorprendiendo...
Él hablaba a menudo del encanto de la primera vez. Y ésta era la primera vez que arrojaba el resto de una colilla a la carretera de su calle. Y de cualquier otra calle. Incluso que arrojaba algo al suelo y lo dejaba ahí. Quería darle las gracias, por ser la inspiración del instante, tan diferente, tan lejano a lo esperado, tan adulto, adolescente e infantil al mismo tiempo.
Quería que él no se preocupara porque la garganta le había quedado rasposa y el olor que dejó el cigarro en su entorno no le gustaba nada. No caería en el vicio, de eso estaba segura.
El encanto de los momentos secretos.
El encanto de algunos momentos solitarios.
Pensó que era importante quién los provocaba, quién los vivía y en quién se pensaba mientras tanto.
Muchos nohabituales, -lo prohibido, la madurez y la soledad-, fueron a verla gracias a él.
La habitación se transformó y ya no le hacía sentir atrapada, como en algunas ocasiones. Estaba más oscura que nunca, pero ella más libre que en mucho tiempo. Normalmente, cuando la habitación está a oscuras, ella ya está dentro de la cama, pero esta vez no, la oscuridad y ella cohabitaron, en una armonía absoluta, con una naturalidad nueva y desbordante.
Y ni siquiera había sido decisión de él, ni una petición, quizá simplemente uno de esos arranques que le provocaba, que le sorprendían también a ella misma. 
La mejor manera de librarse de esa pena dulzona, pegajosa y naif que arrastraba desde hacía siglos y que en este caso le había causado el hecho de guardar su caja de tabaco con los dos últimos cigarrillos, se le ocurrió que podía ser fumarse uno de ellos junto a él. Bueno, no junto a él, sino al mismo tiempo.
En realidad, no creía que podría librarse de lo que consideraba un lastre, porque estaba demasiado integrado en ella, pero la acción sí consiguió aliviarla y librarla de esa tristeza concreta.
¿Éste y otros impulsos desconocidos se habían despertado por la circunstancia de su aparición? Were they there to stay? ¿O sólo se manifestarían mientras estuviera él?

                     

lunes, 2 de abril de 2012

Día personal del Cómic y del Libro Infantil

Desde que descubrí la sección de cómics nuevos de la biblioteca, me gusta rebuscar entre los libros que hay en esas baldas, ver qué portadas me atraen y luego comprobar si el contenido se parece a lo que prometía el exterior. Relacionar esos nuevos volúmenes con otros míticos, pensar en lo diferentes a todo que me resultan algunos -los menos- y, en contadas ocasiones, sacar prestado alguno para dedicarle más tiempo.

Esto último hice con la novela gráfica Sangre de mi sangre, de Lola Lorente, cuyo título y el dibujo y colores de su portada me atrajeron inmediatamente. La descarnada historia que contiene su estética indie gira en torno a la amistad de Ralfi y Amanda, adolescentes que luchan por desarrollar una identidad auténtica pero que sufren a causa de sus relaciones familiares, -rivalidades fraternas y falta de comunicación con sus progenitores, perdidos en sus propias miserias-, y se refugian en su recíproca empatía. Los sueños y recuerdos, de los que se nutre esta especie de fábula, les permiten compartir con los lectores sus miedos, frustraciones, traumas y deseos insatisfechos.

Fundamentales son también para la narración el hermano pequeño de él, Adrian, entrañable nerd cargado de rencor y que desea ser ventrílocuo y la hermana pequeña de ella, Celine, una niña solitaria, entre ingenua y oscura, cuyo particular universo se encuentra en el bosque, donde ha creado su propia comunidad de "amigos" a base de muñequitos tallados de madera a los que intenta, con todo su empeño, conservar a su lado.

Me encanta cómo el cómic presenta a sus personajes a base de pinceladas aisladas, como si anunciaran argumentos independientes que poco a poco van permitiendo atar cabos. Se trata de un libro hipnótico, repleto de personajes cercanos, de sentimientos con los que es fácil identificarse, que conjuga con vigor la realidad y la fantasía, lo barroco y lo naif, el detalle y la síntesis.

Lo mismo que entre los tebeos me gusta rebuscar en la sección infantil, cuyos tomos están haciendo últimamente mis delicias. Gracias a este curioseo aleatorio basado en la parte más superficial de un libro, he descubierto lo que considero verdaderas joyas. 

El cuento que más me ha sorprendido en los últimos meses es Omega y la osa, de Guillaume Gueraud y Beatrice Alemagna. Otra historia de amistad entre un niño o niña y un animal, pero no una más, gracias a sus enormes y fascinantes ilustraciones cercanas al collage, que reúnen onirismo, magia, fascinación y una sensibilidad entrelazada con el dolor por lo ansiado y no vivido.

Por último, una recomendación especial es para mí la del libro Baby whiskers, el regalo perfecto para esos padres que se han olvidado de ellos mismos y han hecho de sus hij@s su única vida.