martes, 21 de octubre de 2008

La soledad de la orquídea


La segunda orquídea se quedó en la cajita que Renato le llevaba a la estación de tren como regalo de despedida, ya que la primera se había quedado flotando a su suerte en el Canal. Que aquella flor comprada a una anciana entrañable mientras escuchaban música en la terraza de un café no pudiera volver a sus manos debió dejarle claro lo que iba a pasar. Pero él parecía sorprendido. Todavía no sé si de verdad o ya había previsto la futilidad de todo aquel encanto.

En cualquier caso, Jane dejó Venecia, un poco más madura por la experiencia, un poco más triste por la pérdida. Y eso es lo que cuenta.

Foto: Katherine Hepburn en un fotograma de Locuras de verano (Summertime) (David Lean, 1955)

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