viernes, 10 de octubre de 2008

A Javi

Javi era mi claro favorito, de entre los Downs y no Downs. Dicen que era mi favorito porque yo también era su favorita, y seguro que es verdad.

El mimado y señorito Javi, al que había que separarle la comida, porque no tomaba lo mismo que el resto, que se quejaba (con razón) de que las monitoras no le trataban como se merecía, que no dejaba sus crucigramas ni de día ni de noche.

El lúcido y entrañable Javi. La persona que siempre tenía una palabra de cariño que dedicarme, que durante las duras jornadas de un trabajo que detestaba y una situación que detestaba aún más, me dedicaba amplias sonrisas desde su asiento, llenándome de alegría.

El Javi de las carcajadas interminables. Que esa noche cantó Bailar pegados en el karaoke y me la dedicó con una emoción tan limpia y sincera como sólo saben transmitirla quienes están necesitados de mucho más afecto y comprensión que el resto.

Dicen que se va a casar. Ojalá sea cierto, porque desde que le conocí, ese era su mayor deseo. Suerte, Javi.

1 comentario:

  1. Fue un buen verano, y uno de los mejores curros que he tenido. Me gustó pasar un verano entero enclaustrado en la playa.
    Un buen recuerdo esos Downs y no Downs. Y por supuesto el último euskaldun, Jose Mari.

    ResponderEliminar