martes, 9 de diciembre de 2008

Olores

Sus apariciones son diversas, pero siempre súbitas y en la mayoría de los casos, inesperadas.

Puedo estar "perfectamente" ubicada en mi actualidad personal, en uno de esos escasos momentos en los que los recuerdos no son protagonistas de mi pensamiento y mientras camino por la calle hablando de los temas que me ocupan recientemente, surge en forma de plastilina. Inmediatamente me recorre un escalofrío nervioso idéntico al del primer día de preescolar.

Entonces me siento ilusionada pero asustada porque no sé qué me voy a encontrar en ese colegio extraño lleno de niñas que no conozco.

Quizá entro en una librería y cuando me acerco a las baldas que contienen revistas, sale de ellas en forma de barniz que lustra sus páginas. La sensación de ser la nueva becaria que aporta su opinión sobre el diseño del último número se apodera de mí como si no hubieran pasado dos años desde que dejé de trabajar en la revista.

Más terrible es aún si alguna prenda de ropa o un frasco de colonia lo sacan a pasear por la casa para avivar el recuerdo de mi abuelo, que parece volver a estar en el salón, en el pasillo, en su habitación... y me llena de una tristísima nostalgia.

Claro que yo también puedo jugar con él. Puedo volver a una de las tardes de rondalla en el colegio si lo busco en una cuerda de laúd, o volver a tener diez años si consigo que se desprenda de algún muñeco que conservo de esa época o abrir una caja de peladillas para que liberándolo viaje a la casa de mis abuelos en Valladolid.

Los diferentes periodos de tiempo, marcados por diferentes maneras de sentirme ante la vida, no los delimitan los días, los meses o los años, sino los olores. Me hacen consciente de que las vivencias y los recuerdos se alejan según pasa el tiempo sólo en la teoría, porque en la práctica son susceptibles de ser activados en el momento menos esperado gracias a la fragancia que desprende un objeto, persona o lugar.

Emociones superadas, sentimientos enterrados o personas supuestamente olvidadas se actualizan en cualquier instante en la mente si el olor con el que lo relacionaba está cerca.

Laura '06

5 comentarios:

  1. coincido en todo lo que dices, pero no todos los olores traen buenos recuerdos. Hay una colonia que no puedo usar y que solia ser mi favorita, pero me recuerda tiempos no-felices que prefiero olvidar.
    Pero de los buenos, estan muchos, y uno que siempre me recordara mi infancia: el olor del Heno de Pravia. El del Ajax Pino (si, ya se, una tonteria), y el de las colonias pesadas de Avon que me hacian casi vomitar, puaj!

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  2. Sin duda, eso quería expresar yo. Los olores nos recuerdan buenos y no tan buenos momentos. Ese doble poder es el más peligroso, ¡estamos desprotegidos! ¿Cómo te libras de un olor? Por mucho que te tapes la nariz, entra...

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  3. A veces ese olor ni siquiera esta en el aire. Esta en el alma. Y parece que es tu propia piel la que lo expele.

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  4. Esos son recuerdos que salen de la mente porque tenemos que exorcizarlos de cierta manera...

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  5. Si no estuviese tan bien expresado parecería una obviedad falta de interés este texto. Muy currao Lauri, en tu linea de coger algo normal y disfrazarlo para que quede guapo.

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