jueves, 29 de enero de 2009

Carne de psicoanálisis

Viajo a San Sebastián. Después de un paseo por el puerto, acudo a una prueba en la que tienen que seleccionar parejas. Veo a Mirentxu, sentada en una preciosa cafetería rodeada de más gente mayor. Ella me conoce de alguna situación anterior y ya sé que le caigo mal.

Mirentxu es la encargada de la selección y después de ir nombrando pareja por pareja para comunicar que sí pasan la prueba, dice que aunque se imagina que el público no estará de acuerdo con ella, mi pareja es la de menor gancho, así que quedamos fuera, junto a sólo otras dos personas más. Todo el mundo sabe que la decisión ha sido subjetiva. Aunque la selección no era lo que más deseábamos, el rechazo constituye una pequeña desilusión.

Me marcho por una angosta carretera en algún tipo de vehículo con ruedas que no veo y al cabo de un buen rato me doy cuenta de que me he dejado casi todo lo más importante en el lugar de la selección, que resulta ser EMedia. Les llamo -sé que por allí andan Lis y Nere- y le pido a quien me coge el teléfono que no cierre, que voy a por mis cosas. Aunque son las ocho menos cinco, acceden.

Estoy agobiadísima porque sé que no voy a llegar a tiempo, pero de pronto aparece un camión-autobús de bomberos en el que trabaja Chris Pine wannabe, que al verme tan desesperada se ofrece a llevarme rápidamente hasta ese polifórmico lugar.

2 comentarios:

  1. Es la ostia que sueñes con el Pine, normal después de la chapa que te dio esa noche en la disco esa

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