
Y es entonces cuando el sueño se convierte en pesadilla, porque mi diminuto ser querido se escapa o se marcha o le sacan de su sitio y yo ya no lo puedo ver más y queda camuflado entre los dibujos de la alfombra o en cualquier otra parte de la casa o quien sabe si de la calle. Y puedo pisarlo en cualquier momento. Porque no escucho su voz, es demasiado pequeñito o quizá mudo. Pero mientras estuvo en su lugar, nos comunicábamos perfectamente. Pero lo pierdo, lo pierdo de vista y de corazón. Y siento una angustia muy grande.
Una sensación parecida me recorrió al enterarme de que XN ha vuelto a China y su teléfono ha dejado de estar operativo.
Me gustaría saber de Xu Nan
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